Integridad de ductos y control de fugas en Chile
La integridad de ductos y el control de fugas son pilares esenciales para garantizar la seguridad y continuidad operacional de las redes de gas y petróleo en Chile. El marco regulatorio vigente exige a las empresas una gestión rigurosa.
En Chile, el cumplimiento del Decreto Supremo N°280 del
Ministerio de Economía, establece
exigencias claras respecto a la integridad de ductos, la protección
catódica, y el control de fugas en redes de gas natural y gas
licuado. Estas regulaciones buscan reducir los riesgos asociados a fugas,
corrosión y fallas estructurales que podrían comprometer la seguridad de las
personas, el medio ambiente y la continuidad del suministro energético.
La responsabilidad legal de las empresas propietarias
u operadoras de estas infraestructuras se extiende más allá del cumplimiento
normativo: implica asegurar un sistema de gestión de integridad activo, con
procedimientos de inspección, monitoreo, mitigación y respuesta frente a
emergencias. En este contexto, la trazabilidad de los datos técnicos,
los registros de potenciales, inspecciones indirectas (CIPS, DCVG, ACVG) y
auditorías de cumplimiento se vuelven herramientas fundamentales para demostrar
control y mejora continua.
Biix Ingeniería, con más de una década de experiencia
en el sector energético, ha desarrollado soluciones integrales para apoyar a
las empresas en la implementación de sus Sistemas de Gestión de Integridad
de Redes (SGIR), cumpliendo con los estándares nacionales e internacionales
(NACE SP0169, API 570/571/574 y ASME B31.8S). Además, la compañía ofrece servicios
de detección de fugas, inspección de ductos, evaluación de corrosión y
monitoreo de protección catódica, utilizando equipos de última generación
de sus marcas representadas, como Vivax-Metrotech, M.C. Miller y SubSurface
Instruments.
El enfoque de Biix Ingeniería combina innovación
tecnológica, cumplimiento regulatorio y experiencia en terreno, permitiendo
a sus clientes fortalecer la seguridad de su infraestructura crítica y cumplir
con las exigencias legales de los organismos fiscalizadores chilenos.
La gestión de integridad no solo es una obligación
normativa, sino una inversión en seguridad, reputación y sostenibilidad
operacional.